viernes, abril 25, 2008

Experiencia y Pericia

Estas dos palabras suelen estar relacionadas y considerarse como sinónimos: así, decimos de una persona con experiencia que es aquella experta en un determinado campo o actividad; una persona que tiene años ejerciendo una profesión debe saber más que un novato o aprendiz; o, que la sabiduría llega con los años. Pero, es así? Al parecer no. En un artículo aparecido en la página Http://www.time.com/ titulado La Ciencia de la Experiencia (The Science of Experience) se presentan algunos estudios y experimentos que muestran la diferencia entre la experiencia y la pericia.

El artículo en cuestión está en inglés, no voy a hacer una traducción (no creo estar capacitado para hacerlo), pero voy a comentar someramente su contenido.

Comienza narrando un experimento con dos enfermeras, atendiendo una crisis simulada con un robot paciente, ambas tienen que tomar una decisión que puede salvar o matar a su paciente y esa decisión debe ser tomada en cuestión de segundos. La enfermera novata (con dos años de experiencia), duda sobre lo que debe hacer, el tiempo que pierde agrava la situación del paciente y ante la presión toma la decisión errónea que conduce a la muerte del paciente-robot. Luego es el turno de la enfermera experimentada (con 25 años de ejercicio profesional), ella actúa con resolución y confianza, rápidamente identifica en problema y se presta a darle solución, pero ... algo imprevisto sucede, algo fuera de lo normal, y, al igual que la enfermera novata, comete en mismo error y el paciente muere.

Qué es lo que pasa? La experiencia le da al sujeto la capacidad de reaccionar con seguridad y confianza ante situaciones que conoce, que ya ha experimentado, puede identificar qué sucede y actuar en consecuencia, sin embargo, no garantiza un mejor desempeño ante situaciones nuevas o inusuales (que no ha experimentado previamente), y en estos casos lo hará apenas mejor o tan igual que un novato. De hecho, la experiencia puede, en algunos casos, tener un efecto negativo sobre el desempeño del individuo, la persona experimentada puede tender a actuar de forma rutinaria sin prestar atención a la información nueva que se presenta y que puede demandar un accionar diferente. La experiencia puede, también conducir a un exceso de confianza, a creer que se tiene todo bajo control o que se es capaz de lidiar con cualquier situación que se presente sin, realmente, estar preparado.

Se reseña también, un estudio realizado con patinadores artísticos, a quienes se les hizo un seguimiento durante sus sesiones de entrenamiento, encontrándose que aquellos que tenían un mejor nivel y desempeño, dedicaban también, la mayor parte del tiempo a practicar los saltos mas difíciles de sus repertorios, a diferencia de aquellos que se encontraban en un segundo nivel y que, aunque siendo igual de experimentados (la misma edad y los mismos años de practica), dedicaban mas tiempo a practicar los saltos que ya dominaban.

Así, la sola experiencia no es suficiente para garantizar un alto desempeño, es el trabajo duro y difícil, dentro de cada campo o actividad, el que conduce a la excelencia, es esa “practica deliberada” de los ejercicios mas difíciles de una actividad física, de los problemas mas intrincados de una profesión o ciencia; es la dedicación y el esfuerzo sostenido por expandir cada vez mas los limites de lo que se sabe y de lo que sé es capaz, y no solo el simple paso del tiempo lo que incrementará nuestra pericia y destreza. Vencer la tendencia a lo fácil, lo cómodo, lo conocido, nos pone en el camino del alto rendimiento.

Por último, no sólo es la práctica deliberada, sino también, la búsqueda de una precisa retroalimentación que nos indique de forma constante si estamos dentro del camino trazado o no, lo que contribuirá a mejorar nuestro desempeño.



http://www.time.com/time/health/article/0,8599,1717927-2,00.html

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