domingo, abril 27, 2008

El Juego del Ultimátum

Digamos que alguien me ofrece 100 dolares, pero, para poder obtener ese dinero, tengo que compartir una parte de él con usted. Así que, le hago un oferta (yo decido cuánto), ante la cuál usted tiene dos opciones, si acepta, ambos nos quedamos con el dinero (usted con la parte que le ofrecí y yo con el resto), si no acepta, ninguno de los dos obtenemos nada.


Básicamente, esta es la mecánica del juego del ultimátum, que se enmarca dentro de la teoría de juegos (muy utilizada no solo en matemáticas sino también en economía y psicología). Si los seres humanos fuésemos totalmente racionales, aceptaríamos cualquier cantidad, ya que al no haber contraprestación alguna (solo tendríamos que aceptar), incluso 1 dolar es mejor que nada. Pero, sucede eso en la realidad?


En diversos experimentos realizados sobre este juego, se encontró que los participantes solían rechazar la oferta cuando ésta era considerada injusta. La cuestión de qué tipo de reparto puede ser considerado injusto, depende de cada persona, así, algunas podrían rechazar un reparto 60-40, mientras para otras el límite sería 90-10. Pero, en cualquier caso, el rechazo de la oferta se considera como irracional, tiene más de respuesta emocional, en contra de lo que se considera un acto de injusticia, e inclusive de castigo hacia quién ha actuado injustamente.


Mediante técnicas de scaner cerebral, se ha logrado determinar que partes de cerebro son activadas al momento de tomar una decisión, ya sea de aceptación o rechazo. Cuando el individuo considera la oferta como injusta y la rechaza, la actividad cerebral aumenta en la ínsula anterior (relacionadas con las emociones), en cambio cuando acepta la oferta, la actividad aumenta en la corteza pre-frontal (centro de lo cognitivo).


Algo que me llamó la atencion en uno de los experimentos, es que el rechazo emocional hacia una oferta injusta es mayor cuando dicha oferta proviene de otro ser humano que cuando es hecha por una computadora. No es pues, la oferta en sí lo que nos irrita, sino quién nos esta tratando de forma injusta o despectiva. Y ésto es, probablemente, lo más importante que se puede extraer de estos estudios, un trato percibido como injusto desata siempre una reacción emocional negativa, relegando a la razón a un segundo lugar. Ahora, si fuese Ud. quién tuviese que hacer una oferta a otra persona, cuánto ofrecería?





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